Hay enfermedades, que aunque no son delicadas, marcan la vida de las personas que las padecen, no sólo en su salud, sino en su vida personal. Una de ellas es el vitíligo, enfermedad que poco a poco se va presentando en las personas y cambian en todos los aspectos su vida.
El vitíligo es aquella enfermedad donde el paciente presenta un desorden pigmentario, no es contagiosa, su evolución no puede predecirse y tiene como consecuencia la aparición de manchas blancas en la piel por destrucción de las células que producen la pigmentación llamadas melanocitos, que son las responsables de dar color a la piel.
Actualmente la padecen del 1 al 2% de la población y se encuentra dentro de las 10 primeras dermatosis más frecuentes.
Su naturaleza o causa sigue siendo desconocida, pero existen varias hipótesis que hablan de varios supuestos tales como la autoinmune, neural autocitotóxica y bioquímica y hasta hereditaria, pero todas ellas son meras teorías ya que hasta el momento no existe una causa específica que aclare la naturaleza de esta enfermedad.
La aparición del vitíligo se puede dar en cualquier etapa de la vida, aunque con mayor incidencia entre los 10 y 30 años y afecta por igual tanto a hombres como mujeres. El signo principal del vitíligo es la pérdida de pigmentación irregular en la piel. Generalmente, los cambios de color se observan primero en zonas expuestas al sol, como las manos, los pies, los brazos, el rostro y los labios.
Pero te has preguntado, ¿cómo es vivir con vitíligo?
Vivir con las molestas miradas y comentarios de las personas sobre tu piel, no es cosa fácil. A través de que esta enfermedad va avanzando, los cambios estéticos causados por las lesiones del vitíligo se van haciendo más notorios y con ello las dificultades sociales y psicológicas en las personas afectadas, haciendo que su autoestima se vea afectada de manera delicada.
“Tengo 17 años y tengo esta extraña enfermedad, empezó a los 16 años y al principio sólo eran unas pequeñas manchas y a lo largo del año se empezó a esparcir y yo al principio trataba de cubrirlo porque tenía miedo de lo que dijera la gente o de que me mirarán raro. A lo largo del tiempo me fui acostumbrando y claro hay veces que me encantan mis manchas y hay veces que quisiera cubrírmelas con lo que sea, pero al final del día uno tiene que aprender a vivir con esta enfermedad.”
“Es difícil expresar lo que se siente tener esta enfermedad, es verdad que físicamente no duele, pero padecerla desde que eres una niña es bastante difícil”
Desafortunadamente aún no se cuenta con una cura que prevenga o detenga esta enfermedad, pero sí con una serie de tratamientos que ayudan a que los pacientes tengan un mejor estilo de vida.
Ejemplo de ello, son las cremas y bloqueadores, ya que los pacientes que sufren esta enfermedad deben utilizar bloqueador solar todo el tiempo ya que la exposición al sol puede extender la mancha o formar más en otras áreas del cuerpo.
Una opción ideal es la línea SoDimel, que ayuda a reducir el estrés oxidativo, radiaciones solares y ambientales, es el auxiliar perfecto en el tratamiento del vitíligo. Es importante consultar con su dermatólogo para que recomiende el mejor producto para el paciente y sus necesidades.
Los cosméticos como maquillaje o bases especiales, son también métodos prácticos y rápidos que pueden utilizar una gran cantidad de pacientes para disimular la enfermedad, pues tapan las manchas que se encuentran en su piel de una forma semipermanente y natural.
Es importante que cuando se empiezan a notar ligeras variaciones anormales en el color de la piel, acudan con su dermatólogo de confianza y no pasar por desapercibidos estos cambios, sobre todo en los menores de edad.
Pero lo más importante es que las personas con vitíligo entiendan su enfermedad y sobretodo acudan con los especialistas adecuados para tratar su enfermedad tanto de manera física comomental, ya que puede llegar a ser un proceso difícil tanto para ellas como para sus familias.
Recuerda que vivir con vitíligo no es sinónimo de vergüenza, existen muchas personas que padecen esta enfermedad y comparten sus experiencias a través de diversos grupos físicos, en Facebook o WhatsApp, que les ayuda a aceptar y comprender juntos su enfermedad.